Cebolla

Ingrediente fundamental de nuestra cocina, la cebolla nos hace llorar, pero también da un sabor insustituible a nuestros platos.

La cebolla es imprescindible en la gastronomía mediterránea –y en la de casi todo el mundo- pues, ya sea como ingrediente o como condimento, es uno de los alimentos más utilizados en todo el mundo. Se puede comer cruda, asada, frita, caramelizada, hervida para disfrutar de su particular sabor.

La cebolla amarilla, también llamada cebolla “platillo” se recomienda para cocer y, sobre todo, como ingrediente de los más ricos rellenos.

En el momento de la compra, elige ejemplares duros, firmes, sin brotes y de cuello corto. No compres nunca cebollas que veas húmedas, con manchas o con un cuello muy blando, ya que puede tratarse de ejemplares ya deteriorados.

Una vez en casa, no conviene amontonarlas ni guardarlas en la nevera. Es mejor dejarlas en un lugar seco y aireado en le que no les dé demasiada luz. Eso sí, una ve hayas cortado una cebolla, es preferible envolverla con film transparente y guardarla en el frigorífico.

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Curiosidades
Las “chuches” más populares

Consumidas con moderación, las “chucherías” no son perjudiciales, pero se debe de tener en cuenta que, en su elaboración se emplean gran cantidad de aditivos y azúcares y que su aporte calórico es muy alto. No hay más que ver las tres “chuches” más populares en nuestro país: Cada 100 gr de gominolas aportan entre 300 y 360 calorías; las grageas de chocolate recubiertas de azúcar de colores, unas 460 calorías y el regaliz, 330 calorías.

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