Curiosidades culinarias

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A cada plato, su pan Los expertos gastrónomos no sólo recomiendan comer con pan, sino combinar cada planto con la variedad de pan que mejor le va. A saber: colines y tostaditas para los aperitivos; panes dulces de trigo o maíz para el paté; panes de trigo ligeros, tipo torta de aceite u hogazas rústicas de miga hueca para los embutidos y los quesos; para los guisos, panes de miga dura como la chapata; para acompañar las verduras, panes integrales; tortas de aceite o bollas gallegas para las carnes; panes esponjosos para los pescados; y de miga blanda para los desayunos.
Ajo contra el tifus Siempre se ha dicho que el ajo es bueno para la salud y, desde siempre, se han estudado sus propiedades terapéuticas. Por ejemplo, en el antiguo Egipto, los capataces obligaban a los obreros a comer ajos para evitar el tifus y el cólera.
Al pan, pan... Albardilla, rojal, telera, panchón, moña gallega, regañá, trenza... parece mentira que, con sólo cuatro ingredientes básicos; harina, agua, aceite y sal, se puedan crear tantas y tan diferentes versiones de un mismo producto. Actualmente, sólo en España, hay contabilizadas más de 300 variedades de panes.
Alfonso X y las tapas Una historia popular dice que Alfonso X el Sabio obligó a os mesoneros de toda Castilla a servir algo de comer para acompañar el vino y mitigar así los desastrosos efectos de su consumo excesivo, dando lugar a las tradicionales tapas.
Alimentación sana con helados Aunque durante una época los helados parecían proscritos para los amantes de la alimentación sana, actualmente se sabe que no son incompatibles con una dieta equilibrada, ya que están preparados con productos naturales, como la leche, el yogur, las frutas... Sólo hay que elegir aquellos elaborados de manera más artesanal para evitar los aditivos.
Alimentos contra el volumen La retención de líquidos preocupa mucho a las mujeres, pues dificulta la circulación y les hace tener más volumen en relación a su peso. Existe una serie de alimentos que favorecen la eliminación de esos líquidos y son la alcachofa, la acedera, los espárragos, el apio y las espinacas. En cuanto a las frutas, las más diuréticas son las uvas, la sandía y el limón.
Almendras garrapiñadas, enemigas de la dieta Si eres fan de las almendras garrapiñadas, pero quieres cuidar tu línea, recuerda el siguiente dato: 10 almendras garrapiñadas aportan en torno a 400 calorías, el equivalente a una 14 galletas tipo María.
Ancas de rana Para mucha gente, las ancas de rana son un manjar. Pues no está de más saber que las de la rana verde son más sabrosas que las ancas de la rana rosada.
Arroz salvaje Es poco sabido que arroz silvestre o salvaje –también llamado negro- no es arroz de verdad, sino las semillas de una hierba que crece, de forma espontánea, en la región de os grandes lagos de Norteamérica.
Arroz vaporizado, la estrella de los arroces El arroz vaporizado es aquel cuyo grano ha sido sometido a un tratamiento al vapor que permite preservar las vitaminas del grupo B y facilita al mismo tiempo la eliminación de la cascarilla. Según los expertos, es el mejor para la paella, porque no se pasa y permanece más tiempo entero.
Asados ligeros Una manera de reducir las calorías en los asados es usar un pincel para “pintar” la carne con aceite. Así sólo le pondremos el mínimo de grasa necesaria.
Ave al horno Para saber si un ave hecha al ahorno está en su punto, se introduce un tenedor en la juntura del muslo y la pechuga. Si éste entra fácilmente, es que ya está lista.
Azafrán imperial Cuenta la leyenda que Nerón, en su entrada triunfal en Roma, caminó sobre una alfombra de azafrán, el mayor homenaje que se le podía ofrecer.

Curiosidades
Comer con las manos

Aunque algunos crean que es una vulgaridad, existe una serie de alimentos que, según los expertos en buenas maneras y protocolo, se pueden comer con las manos. Son los siguientes: los espárragos, el jamón, el marisco y algunos platos de carne, sobre todo, si tienen hueso, como las aves de caza. Es importante que, para degustar los alimentos con las manos, se disponga en la mesa de un lavadedos o aguamanil, es decir, un pequeño bol para cada comensal con agua tibia y un trocito de limón.

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