Abrir las pechugas de pollo, ya limpias, por la mitad. Después, extenderlas bien, sazonarlas e introducir en su interior una loncha de queso y otra de jamón.

Juntar las dos partes y unirlas si lo prefiere con un palillo. Pasar las pechugas por pan rallado y freírlas en una sartén con aceite bien caliente y donde haya dorado previamente dos dientes de ajo.

En otra sartén con un poco de aceite de oliva, saltear la pasta cocida y bien escurrida y espolvorear con pimienta molida y perejil picado.

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Fuente:
Contribución: espaciorecetas 21/08/2007 07:01

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