Albaricoques

Aromático, fresco y dulce, el albaricoque es uno de los grandes placeres de la mesa que nos proporciona el verano.

El albaricoque, también conocido como damasco o albérchigo, es el fruto del albaricoquero, un bonito árbol de la familia de las rosáceas, que es primo de la gran mayoría de los frutales que crecen en Europa. Un solo árbol puede dar hasta 100 kilos de fruta y quizás sea ése uno de los motivos de que los albaricoques sean muy abundantes en nuestros mercados durante esta época.

A la hora de comprarlos comprueba que ya estén maduros, con la piel lisa y la pulpa firme. No elijas las piezas duras o las que no tengan un bonito color anaranjado, pensando que madurarán en casa, porque no te darán buen resultado.

Los albaricoques son bastante delicados, pero se conservan 2 o 3 días a temperatura ambiente y hasta una semana en el frigorífico. Guárdalos en la parte más baja, sin apilarlos y dentro de bolsas de papel perforadas.

Si compras albaricoque secos –orejones-, consérvalos en frascos de cristal bien cerrados y protegidos de la humedad.

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Curiosidades
El vino ecológico

Actualmente se está comercializando un vino que se etiqueta como “ecológico”, es decir que para su elaboración y conservación se han empleado los sistemas más naturales y artesanales: las viñas deben ser abonadas con abonos orgánicos naturales, sobre todo los que son de origen vegetal procedentes de residuos del propio cultivo, como orujos o sarmientos triturados; la conservación y el embotellado del vino se realiza sin tratamientos químicos; y la vinificación se debe llevar a cabo sin el antiséptico y antioxidante SO2, que tiene efectos negativos en la salud.

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