Considerados hasta hace poco como alimento para ovejas, los berros son una verdura exquisita que aporta a las ensaladas un puntito picante.

Esta planta que, habitualmente consumimos cruda en ensaladas, pertenece a la familia de las crucíferas, en la que también se engloban la col, el nabo y la mostaza negra, entre otras. El berro se conoce desde la antigüedad, pero se solía usar como planta medicinal contra las inflamaciones, los dolores producidos por el reuma o las grietas de la piel; o como alimento para las ovejas. La principal característica de los berros es que tienen un sabor un tanto picante lo que también los hace muy útiles como condimento para algunos platos.

En el mercado, podemos encontrar berros frescos durante todo el año, aunque también se venden envasados. Cuando los vayas a comprar fíjate en el color de sus hojas. Cuanto más intenso sea el verde más frescos serán los berros. Rechaza los que estén mustios. Debes recordar que se trata de una verdura muy perecedera, por lo que tendrás que comerla lo antes posible. Si tienes que guardarlos, hazlo en el cajón de la parte de debajo de la nevera, manteniéndolos húmedos, y consúmelos en un par de días.

Actualmente se está comercializando un vino que se etiqueta como “ecológico”, es decir que para su elaboración y conservación se han empleado los sistemas más naturales y artesanales: las viñas deben ser abonadas con abonos orgánicos naturales, sobre todo los que son de origen vegetal procedentes de residuos del propio cultivo, como orujos o sarmientos triturados; la conservación y el embotellado del vino se realiza sin tratamientos químicos; y la vinificación se debe llevar a cabo sin el antiséptico y antioxidante SO2, que tiene efectos negativos en la salud.

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