En el 2004, ayudándose de un aparato que fue bautizado como “nariz electrónica” y 19 degustadores humanos, un equipo de científicos de la Universidad de Cranfield, Londres, buscar los quesos más odoríferos del mundo. El ganador fue el Vieux Bologne de vaca, lavado con cerveza y con una maduración de 8 semanas. Le siguieron el Pont I´Eveque con leche de vaca y con una curación de dos meses y el Camembert de Normandía. Curiosamente, no había ningún queso español entre los más olorosos, así que todos los que hayan viajado en coche con un Cabrales, ya saben que pudo haber sido peor.

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